lunes, 12 de enero de 2009

Finalidades de la Política Social

Las políticas sociales pueden explicarse a partir de la estructura social, y a que su vez producen determinados impactos sobre esta. Puede decirse que el análisis de las políticas sociales de los Estados de bienestar de la posguerra se ha situado, simplificando en torno a tres grandes corrientes de estudio.

1) La tradición marxista ha concebido los Estados de bienestar y la política social moderna básicamente desde dos puntos de vista: el funcional, como instrumento al servicio de la producción del modo de producción capitalista; o el de la lucha de clases como resultado del creciente poder de presión y de los esfuerzos de la clase trabajadora.

2) Las diversas tradiciones no marxistas han orientado sus análisis una dirección mucho más empiricista. La cuestión clave es para estas corrientes, la determinación de los factores casuales o variables explicativas del surgimiento de los Estados de bienestar. El objeto de investigación no h sido es Estado de bienestar en si; esto es la articulación de la gobernabilidad y la gestión de las desigualdades, sino el estudio de las variables que lo determinan.

3) A finales de los 80´s, se inauguran dos tipos de novedades respecto de las anteriores tradiciones: a) el análisis se efectúa desde la desmercantilización; b) el estudio de Esping-Andersen también supone un avance pues hace mucho más explicita la conexión entre la política social y la estructura social: el surgimiento de distintos modelos de Estado de bienestar se explica con base en diferentes sistemas de estratificación social, su categorización como Estados de bienestar según un esquema simple de mercantilización, lleva a pensar en un Estado “bueno”, que desmercantiliza a los ciudadanos para compensar los efectos perversos de un mercado capitalista “malo” (Adelantado, 2003)

A partir de lo anterior es posible ubicar diversas finalidades que tienen relación con los objetivos últimos, sustantivos o más importantes de un sistema de políticas sociales, y estas intencionalidades estratégicas se delimitan a partir de orientaciones teórico-políticas, entre las que podemos mencionar las siguientes:

La Política Social como mecanismo generador de bienestar social. Este enfoque concibe a la política social como una serie de mecanismos, instituciones y procedimientos que buscan generar bienestar social en una sociedad, disminuyendo y eliminando las diferencias socioeconómicas entre los grupos de una sociedad determinada, pero también enfrentando la desigualdad social con medidas redistributivas y de acceso a servicios y beneficios sociales, a través de a través de tres vías:

A) Con la generación de empleo productivo, con salario suficiente para cubrir las necesidades sociales, obteniendo prestaciones socio-laborales y contando con elementos de capacitación para el trabajo. Es decir, esta vía busca convertir al desempleado en trabajador asalariado. (salario directo) (Offe, 1988)

B) Con la posibilidad de acceso pleno a servicios sociales y en la obtención de beneficios sociales: salud, educación, vivienda, alimentación, seguridad social, cultura, deporte y recreación, subsidios en especie o monetarios, etc. (salario indirecto) (Laurell, 1996)

C) Con la posibilidad de convertir a los individuos colectivos en agentes o actores sociales plenos, generando, fortaleciendo y potenciando capacidades, titularidades o fuentes de bienestar que permitan funcionamientos estratégicos dentro de los entornos sociales. (Sen, 2000)

La Política Social vista como lucha contra la pobreza. Desde esta perspectiva la política social es vista como el conjunto de mecanismos de acción social necesarios para paliar y atenuar los efectos sociales del desarrollo, compensando minimamente a los pobres: excluidos y marginados. Esta finalidad se traduce en el desarrollo de programas asistenciales, compensatorios, promocionales, emergentes, cortoplacistas y desarticulados, focalizados prioritariamente a sectores sociales en situación de necesidad extrema.

En este caso, la política social se restringe a dar apoyos o ayuda concreta y puntual en situaciones emergentes a cierto tipo de población seleccionada como prioritaria, buscando paliar las repercusiones sociales de los programas de estabilización y ajuste estructural, que han generado un incremento acelerado de la pobreza, y por eso, van dirigidas a los grupos en extrema pobreza y pretenden "compensar" los desequilibrios que el modelo económico ha generado.

Desde ese enfoque la política social es limitada y reducida a dirigir lineamientos sociales exclusivamente a sectores de la población que viven situaciones sociales negativas o extremas, no abordando a otros sectores de la población que se encuentran en medio de la pirámide social. por lo que desde esta mirada tendrá una naturaleza selectiva que focalizará los servicios-beneficios sociales para unos cuantos sectores comprobadamente pobres. Estas políticas, si bien enfrentan circunstancial, urgente y parcialmente el problema de la pobreza extrema, no han estado encaminadas a desarrollar programas productivos integrales, estratégicos y sustentables que impliquen su superación. (Herrasti, 1998)

La Política Social entendida como mecanismo de reproducción de la fuerza de trabajo y de acumulación de capital. En este caso la política social es vista como la acción del Estado como poder moderador o conciliador en la lucha de clases sociales, mismo que regula la producción y el trabajo, mediante leyes y disposiciones que, en un primer momento enfrenten las controversias laborales, y en un segundo momento, que protejan las condiciones de trabajo del obrero para buscar el incremento de la productividad, y con ello incidir significativamente en la acumulación de capital y a la vez en extender la hegemonía del Estado sobre los núcleos de la población.

Por eso, desde esta finalidad la Política Social es el conjunto de estrategias e instrumentos estatales de acción social, indispensables para incidir en la reproducción de la fuerza de trabajo y en la legitimación y ampliación del dominio y poder del Estado sobre los grupos que integran una sociedad. En esta caso, la política social viene a ser la manera estatal de efectuar “la transformación duradera de obreros no asalariados en obreros asalariados”, de promover en los trabajadores la voluntad para concurrir al mercado a vender su fuerza de trabajo y las habilidades necesarias para mantenerlos dentro del sistema, todo lo que conlleva que tengan empleo, salario, y como derechos inalienables que surgen de ellos, tengan asimismo servicios y beneficios sociales. (Offe,1982)

La Política Social como medio de gobernabilidad y control social. En esta perspectiva la Política Social se traduce en un circuito y/o conjunto de mecanismos y dispositivos sociales estatales, que son identificados como indispensables para asegurar la cohesión, el consenso y la estabilidad social. Desde este enfoque el fin de la política social es la gobernabilidad de una sociedad, que implica el control social persuasivo, para incidir a la reversión de las tendencias más excluyentes y autoritarias del sistema social en los planos económico y político-cultural. Esto produce o genera relaciones, instituciones y procesos sociales más dinámicos e interactivos, incorporando a la mayor parte de actores sociales y políticos, en el funcionamiento estable de la sociedad y sus instituciones.

Desde esta postura, la cuestión social específica aparece como un medio para el logro y conservación de la armonía y la cohesión social, es decir, para esta perspectiva los fines de la política social tienen que ver prioritariamente con lograr ambientes de gobernabilidad, dejando en segundo plano y entendiendo como un medio, el acceso a servicios, beneficios y prestaciones sociales. (Rivera, 1999)

La Política Social como medio para la construcción de ciudadanía. Inicialmente diremos que hablar de construcción de ciudadanía tiene relación con un multi-proceso para constituir tejido social dotado de continuidad y capacidad de acción, lo que permite lograr autonomía como modelo de organización y relación con los actores sociales. En tal sentido, el concepto de construcción de ciudadanía remite al sujeto colectivo responsable, dotado de derechos, deberes y capacidad de decisión, rasgos característicos del ciudadano moderno. También, la construcción de ciudadanía implica generar procesos de participación y organización, que en sí son referentes y espacios de ejercicio y aprendizaje de la ciudadanía.

En consecuencia, las políticas sociales tienen también como finalidad alterna contribuir al establecimiento progresivo de una sociedad civil autónoma formada por ciudadanos-colectivos, que tenga claridad de sus derechos y que fundamentalmente tengan en sus manos los mecanismos para ejercerlos. Es así como, por medio de sujetos colectivos, ciertos miembros de los sectores sociales populares pueden acceder a una ciudadanía que la sociedad muchas veces no les reconoce como individuos o por sus características socio-económicas.

Es preciso mencionar que desde una perspectiva teórica las anteriores orientaciones en torno a la Política Social aparecen como “tipos ideales”, es decir, como configuraciones que permiten analizar un fenómeno social determinado, pero, en la realidad concreta, la Política Social engloba todas esas orientaciones, ya que dentro de los marcos de una sociedad aquella tendrá una naturaleza dialéctica, dicotómica y contradictoria que hará que todas las orientaciones mencionadas coexistan, se enfrenten, se tensionen e interactúen dentro un contexto socio-histórico específico.

Es necesario advertir que el principio ético e inspirador de la política social implica asegurar el bienestar social de la colectividad nacional a través de orientaciones, legislaciones, planes, programas y proyectos continuos y sistemáticos para elevar las condiciones sociales de todos los integrantes del estado nacional, pero, en el nivel de concreción, esos mismos elementos pueden incidir a paliar ciertos efectos de la problemática social que genera el mismo sistema socio-económico, teniendo un interés por la reproducción de esquemas que permitan su preservación y legitimación, y con ello conservar y fortalecer el status quo.

Es por eso que debemos ver a la política social desde una visión dual; por una parte como el conjunto de mecanismos de reproducción del sistema y como mecanismo de control social, pero también como un instrumento de lucha y organizativo para lograr el bienestar social colectivo a través del reconocimiento de derechos sociales y del acceso universal a servicios sociales incluidos en marcos legales, en opciones legitimadas y en una red institucional de lo social.

De acuerdo a este planteamiento, la política social se convierte en un medio y un fin para generar acciones contra la pobreza, para promover modalidades de organización y participación social, para idear mecanismos para la generación de empleo y obtención de un salario digno, para lograr el acceso pleno a las prestaciones sociales, para otorgar asistencia social, para eficientar la gestión social y ciudadana, para dar capacidad de respuesta a las demandas populares, para incidir a la construcción de ciudadanía social, todo ello a través de responsabilidades públicas, tanto del Estado como de otros actores sociales.

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