martes, 13 de enero de 2009

Escenarios de la Política Social

Todo proceso de política social se enmarca en escenarios, que no son otra cosa que la caracterización de un espacio social, a partir de los siguientes elementos:
· Contexto: caracterización de espacios, tiempos, actores, instituciones, grupos y dinámicas sociales que se presentan en un espacio local determinado.
· Circunstancias: aspectos inmediatos y de aparición abrupta que inciden en las condiciones de un contexto social.
· Coyunturas: cruce de tiempos, espacios, contextos, circunstancias, actores y dinámicas económicas, políticas, sociales y culturales que determinan y caracterizan a un espacio social.
· Estructuras: lineamientos, redes, institucionalidades y cimientos económicos, políticos y socio – culturales que dan sostén a una sociedad determinada.
· Recursos: apoyos naturales, sociales, financieros, materiales, humanos. (Cantidad y calidad) que posibilitan el desarrollo de políticas sociales.
· Potencialidades: energías colectivas e individuales que permiten a los grupos sociales generar propuestas para su desarrollo, incidiendo en la política social.
· Obstáculos: mecanismos naturales, políticos, sociales, económicos y culturales que pueden considerarse como limitantes a las oportunidades para desarrollar políticas sociales.
· Oportunidades: formas o modalidades naturales, políticas, sociales, económicas y culturales, individuales y colectivas, que permiten optimizar nuestro trabajo en la búsqueda del desarrollo adecuado de políticas sociales.
· Beneficios: aspectos, elementos o situaciones que convienen o que producen las políticas sociales. Pueden ser inmediatos, a corto, mediano y largo plazo, tangibles o no tangibles.
· Viabilidad: posibilidad real de desarrollar políticas sociales; ésta tiene que ver con los asuntos políticos, financieros y sociales. Es decir, son las posibilidades reales para operar o desarrollar las políticas sociales.

Todos los actores de la política social enmarcan su acción institucional en distintos escenarios, que se sintetizarían de la siguiente manera:

Escenario del Monopolio Estatal: este escenario es prioritario para las iniciativas estatales. En este caso, sólo el Estado está capacitado para definir, generar, administrar y ofrecer los servicios y beneficios de bienestar social de los ciudadanos.

En este caso, todos los servicios sociales y los programas de bienestar deben ser diseñados y desarrollados por el Estado y sus distintos actores adherentes, ya que según este planteamiento, sólo así se garantizaría su adecuada distribución y acceso entre aquellos que realmente lo necesitan. En este escenario, las iniciativas socio-civiles y privadas están subordinadas al Estado, aún cuando pueda existir algún tipo de relación y coordinación.

Escenario de la Privatización de lo Social. Este escenario es prioritario para las iniciativas privadas. En este caso se deja en manos del mercado la prestación de servicios sociales que sean rentables y prioritarios para los sectores de la población con capacidad de consumo. En este caso, la institucionalidad social pasa a ser privada, y se constituye una política social basada en la libre competencia de lo social, favoreciendo que se genere un cuasi-mercado social (Franco, 1998).

En este caso, las instituciones sociales privadas serán las dominantes dentro de circuito social, ya que serian las elegidas por los “clientes” y su finalidad será el lucro o la ganancia, no el bien público. En este escenario las iniciativas socio-civiles serán alternativas a lo privado y el Estado será un complemento para asegurar bienestar social a los sectores de la población sin capacidad de consumo en el cuasi-mercado social.

Escenario de la Mercantilización de lo Social. Este escenario se construye cuando las instituciones públicas de lo social siguen operando bajo patrocinios estatales, pero en su seno se generan dinámicas de compra-venta de servicio beneficios sociales. Este escenario deja en manos de la iniciativa estatal la operación y la prestación de servicios sociales, pero con un costo al beneficiario. Las cuotas y pagos por servicios serían los mecanismos mercantilizadores de lo social, tomando en cuenta que este puede ser un primer paso a la privatización social.

Este escenario se basa en la libre competencia pensando que ésta favorece que se den mejores servicios y que las instituciones públicas sean más eficaces y recuperen sus gastos. En este supuesto estado y mercado entrarían en libre competencia, dejando a las iniciativas socio-civiles un papel más residual en la atención social.

Escenario del Consenso Pragmático de lo Social. Este escenario prioriza una colaboración táctica entre los diversos actores de la política social, es decir privilegia la concertación de actores en el corto plazo, no para definir la política social, sino prioritariamente para operar la institucionalidad social y para ofertar servicios sociales, sin tomar en cuenta una mirada de largo plazo.

En este caso, se busca que las iniciativas estatales, privadas y socio-civiles queden de acuerdo para articularse en la operación de servicios de acuerdo a las exigencias del contexto, no de la estructura. Esto supone una utilización interesada, instrumentalizada y mediatizada que no modificaría el origen de los problemas sociales, sino que buscaría incidir en su atención emergente, volviendo a desarrollar papeles asistencialistas, caritativos o filantrópicos.

Escenario de la Pluralidad Estratégica de lo Social: Este escenario plantea que es necesaria una mirada estratégica para compartir la definición de las políticas sociales entre actores estatales, socio-civiles y privados, con el objetivo sustantivo de extender los derechos sociales, pero siendo las iniciativas sociales y civiles quienes determinan el rumbo de la política social.

El Estado juega en este contexto un papel menos dominante, no siendo ya de este modo el único instrumento posible para dar una provisión colectiva de la política social aumentando progresivamente el rol protagónico de estos actores, abogando porque las iniciativas privadas intervengan para complementar la política social, pero siempre siguiendo los parámetros definidos por un frente integrado por las fuerzas públicas estatales, sociales y civiles. En este sentido, los actores socio-civiles presionan a los actores estatales en plegarse a las iniciativas surgidas desde abajo y compartidas por los actores mayoritarios de la sociedad, dejando a los actores privados complementar la acción social, sin que estos incidan a la definición de las estrategias de la política social.

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